El Barcelona dejó escapar un triunfo que tuvo entre las manos y cayó un año más en la trampa del Arsenal, que igual que el año pasado, cuajó una extraordinaria segunda parte, en la que fue letal y cuyos dos goles en cuatro minutos le dieron la victoria (2-1), la primera de Arsène Wenger contra el equipo azulgrana, por la ida de octavos de la UEFA Champions League.
Llevaba siete partidos el técnico francés sin ganar al Barcelona y la victoria le llegó cuando más la reclamó, para dar un salto de calidad en Europa con su Arsenal, aunque se deberá jugar en el Camp Nou el valioso 2-1 que firmó en el Emirates para pasar a cuartos.
Con el recuerdo del partido del año pasado, en el que el Barça anuló y ridiculizó por completo al Arsenal en la primera parte, el conjunto inglés tomó nota de cómo debía comportarse para evitar verse inmerso en una situación que le sonrojó. Los de Wenger dieron suficientes muestras de que la lección estaba aprendida.
Así fue cómo en unos iniciales diez minutos eléctricos, el Arsenal desmontó al Barcelona hasta comprometerlo en tres ocasiones claras de gol: en una falta que sacó Nasri, en un contragolpe en el que Walcott no fue muy preciso en el pase a Van Persie y en un disparo de éste que encañonó a Valdés, acertado en el rechace.
En el Emirates se respiraba otro ambiente, hasta el punto de que se veía cómo, por fin, el Arsenal podría ganar un partido al Barcelona, objetivo que tampoco había logrado su entrenador.
Pero pasado el primer cuarto de hora, y a pesar de que el Arsenal mandó la presión casi a la línea defensiva del Barça, y la propia la tenía muy avanzada para reducir los espacios, el conjunto español regresó por sus fueros, que es tanto como que se hizo dueño del balón.
Con esta disposición, el conjunto azulgrana se movió entre líneas como nadie sabe hacerlo, con la idea de buscar una diagonal o un pase en profundidad para romper una defensa londinense excesivamente avanzada.
Así fue cómo Messi tuvo su primera ocasión de marcar, y también de romper el maleficio de conseguir su primer gol ante un equipo inglés, pero a pesar de amagar en dos ocasiones al meta, el balón salió ligeramente desviada. Mejor fortuna tuvo al poco de finalizar el primer tiempo, pero el árbitro le anuló un gol legal.
Dos minutos después de la clara acción de Messi, Villa se encontró con una situación similar, pero su control careció de acierto.
En un momento de esplendor, Messi tuvo en el 22 y 23 dos buenas oportunidades para romper el empate; en la primer volvió a ser impreciso en el disparo, que con la derecha lo lanzó flojo, y en la segunda no controló el balón para iniciar una carrera en solitario hacia la meta del Arsenal.
El Arsenal entendió que el contragolpe debía ser su arma y a ella se entregó en diversas acciones, ante la imposibilidad de encerrar al Barcelona en su campo. Abidal, en el 25, sacó de cabeza un centro tras un contragolpe que tenía la cabeza de Van Persie como destino. Minutos después, el holandés volvió a tener su momento, pero sin acierto en un fuerte disparo.
Tras el rechace de Abidal, el Barcelona respondió con un gol, el que marcó Villa tras romper a la defensa por el centro (1-0), después de que la conexión con Messi volviese a sublimarse con un pase al espacio.
Era lo que le faltaba al Barça para formalizar en el marcador lo que estaba sucediendo en el campo, donde dominaba a sus anchas.
Pero el Barcelona quería más y el Arsenal empezó a temerse lo peor. Pedro, de tacón en el 29 tuvo el segundo en sus botas, y Messi marcó en el 37 pero el árbitro señaló fuera de juego, cuando el argentino estaba en posición correcta.
El Arsenal se propuso que pasasen cosas en el arranque de la segunda parte, en el que volvió a tener minutos vibrantes como en la primera, cuando empujó al Barça hasta dentro de su área.
El Barcelona no encontró el buen tono de minutos anteriores y empezó a sufrir, también en parte porque ni Xavi ni Iniesta se hacían con el balón para darle el ritmo que más convenía a su equipo.
A pesar de la insistencia, la mejor jugada en el primer cuarto de hora llegó de parte azulgrana, cuando Pedro se quedó sólo ante Szczesny y se fue al suelo tras la acometida del central Koscielny, acción que protestó el canario sin éxito.
En medio del agobio del Arsenal, con disparos desde todas partes, Piqué vio la amarilla en el 58, que me impedirá jugar el partido de vuelta en el Camp Nou.
En el 67, Messi volvió a tener una doble acción para romper su mala racha ante la portería inglesa, cuando no estuvo acertado en sus dos disparos.
En el siguiente minuto, los dos equipos movieron los banquillos, con la entrada de Keita por Villa, y la de Arshavin por Song. En el 77, el Arsenal sacó a otro delantero (Bendtner) con la idea de quemar todos los cartuchos ante un Barça que hasta el momento se sentía muy seguro.
Un pase en profundidad buscando la espalda de Piqué dejó a Van Persie escorando a la banda, aunque el holandés se sacó un durísimo disparo junto a la base del palo que descolocó a Valdés, y que significó el tanto del empate (1-1).
El Arsenal, espoleado por el gol, encontró en el contragolpe una nueva acción de peligro en el 83 que acabó con el balón en los pies de Arshavin tras un pase de Nasri y con el tanto del ruso (2-1), que dio la victoria al equipo inglés.
Llevaba siete partidos el técnico francés sin ganar al Barcelona y la victoria le llegó cuando más la reclamó, para dar un salto de calidad en Europa con su Arsenal, aunque se deberá jugar en el Camp Nou el valioso 2-1 que firmó en el Emirates para pasar a cuartos.
Con el recuerdo del partido del año pasado, en el que el Barça anuló y ridiculizó por completo al Arsenal en la primera parte, el conjunto inglés tomó nota de cómo debía comportarse para evitar verse inmerso en una situación que le sonrojó. Los de Wenger dieron suficientes muestras de que la lección estaba aprendida.
Así fue cómo en unos iniciales diez minutos eléctricos, el Arsenal desmontó al Barcelona hasta comprometerlo en tres ocasiones claras de gol: en una falta que sacó Nasri, en un contragolpe en el que Walcott no fue muy preciso en el pase a Van Persie y en un disparo de éste que encañonó a Valdés, acertado en el rechace.
En el Emirates se respiraba otro ambiente, hasta el punto de que se veía cómo, por fin, el Arsenal podría ganar un partido al Barcelona, objetivo que tampoco había logrado su entrenador.
Pero pasado el primer cuarto de hora, y a pesar de que el Arsenal mandó la presión casi a la línea defensiva del Barça, y la propia la tenía muy avanzada para reducir los espacios, el conjunto español regresó por sus fueros, que es tanto como que se hizo dueño del balón.
Con esta disposición, el conjunto azulgrana se movió entre líneas como nadie sabe hacerlo, con la idea de buscar una diagonal o un pase en profundidad para romper una defensa londinense excesivamente avanzada.
Así fue cómo Messi tuvo su primera ocasión de marcar, y también de romper el maleficio de conseguir su primer gol ante un equipo inglés, pero a pesar de amagar en dos ocasiones al meta, el balón salió ligeramente desviada. Mejor fortuna tuvo al poco de finalizar el primer tiempo, pero el árbitro le anuló un gol legal.
Dos minutos después de la clara acción de Messi, Villa se encontró con una situación similar, pero su control careció de acierto.
En un momento de esplendor, Messi tuvo en el 22 y 23 dos buenas oportunidades para romper el empate; en la primer volvió a ser impreciso en el disparo, que con la derecha lo lanzó flojo, y en la segunda no controló el balón para iniciar una carrera en solitario hacia la meta del Arsenal.
El Arsenal entendió que el contragolpe debía ser su arma y a ella se entregó en diversas acciones, ante la imposibilidad de encerrar al Barcelona en su campo. Abidal, en el 25, sacó de cabeza un centro tras un contragolpe que tenía la cabeza de Van Persie como destino. Minutos después, el holandés volvió a tener su momento, pero sin acierto en un fuerte disparo.
Tras el rechace de Abidal, el Barcelona respondió con un gol, el que marcó Villa tras romper a la defensa por el centro (1-0), después de que la conexión con Messi volviese a sublimarse con un pase al espacio.
Era lo que le faltaba al Barça para formalizar en el marcador lo que estaba sucediendo en el campo, donde dominaba a sus anchas.
Pero el Barcelona quería más y el Arsenal empezó a temerse lo peor. Pedro, de tacón en el 29 tuvo el segundo en sus botas, y Messi marcó en el 37 pero el árbitro señaló fuera de juego, cuando el argentino estaba en posición correcta.
El Arsenal se propuso que pasasen cosas en el arranque de la segunda parte, en el que volvió a tener minutos vibrantes como en la primera, cuando empujó al Barça hasta dentro de su área.
El Barcelona no encontró el buen tono de minutos anteriores y empezó a sufrir, también en parte porque ni Xavi ni Iniesta se hacían con el balón para darle el ritmo que más convenía a su equipo.
A pesar de la insistencia, la mejor jugada en el primer cuarto de hora llegó de parte azulgrana, cuando Pedro se quedó sólo ante Szczesny y se fue al suelo tras la acometida del central Koscielny, acción que protestó el canario sin éxito.
En medio del agobio del Arsenal, con disparos desde todas partes, Piqué vio la amarilla en el 58, que me impedirá jugar el partido de vuelta en el Camp Nou.
En el 67, Messi volvió a tener una doble acción para romper su mala racha ante la portería inglesa, cuando no estuvo acertado en sus dos disparos.
En el siguiente minuto, los dos equipos movieron los banquillos, con la entrada de Keita por Villa, y la de Arshavin por Song. En el 77, el Arsenal sacó a otro delantero (Bendtner) con la idea de quemar todos los cartuchos ante un Barça que hasta el momento se sentía muy seguro.
Un pase en profundidad buscando la espalda de Piqué dejó a Van Persie escorando a la banda, aunque el holandés se sacó un durísimo disparo junto a la base del palo que descolocó a Valdés, y que significó el tanto del empate (1-1).
El Arsenal, espoleado por el gol, encontró en el contragolpe una nueva acción de peligro en el 83 que acabó con el balón en los pies de Arshavin tras un pase de Nasri y con el tanto del ruso (2-1), que dio la victoria al equipo inglés.
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