Villarreal y Sevilla empataron a tres en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en El Madrigal y dejaron las espadas en todo lo alto para el partido de vuelta que se disputará en el Sánchez Pizjuán la próxima semana. Los de Manzano salen reforzados del encuentro tras ser capaces de remontar el 2-0 inicial logrado por los castellonenses antes de la media hora con goles de Cani y Rossi. Negredo acortó distancias minutos antes del descanso. Marco Ruben logró el tercero de los locales a los diez minutos de la reanudación y Negredo y Alexis lograron la machada del empate con un gol cada uno aliñados por el amor propio hispalense. El partido no tuvo desperdicio y tuvo todos los ingredientes propios de un partido de Copa.
Ambos equipos se encontraron en una de las eliminatorias más igualadas de los cuartos de final de la Copa del Rey. Los locales, que buscaban dar un paso más hacia su primer título, llegaron muy mermados por las bajas. Hasta cuatro titulares indiscutibles se perdieron la cita (Nilmar, Senna, Marchena y Ángel). Ante ellos, un equipo que, pese a las lesiones de Palop y Luis Fabiano, había logrado resurgir de sus cenizas con la llegada del nuevo año completando un pleno de victorias en los tres encuentros disputados en 2011. La recuperación de Navas, el buen momento de Kanouté, el músculo en el centro del campo y la velocidad por las bandas eran las principales bazas de los hispalenses para asaltar El Madrigal, feudo en el que los de Garrido se mostraban intratables con trece victorias y un empate en catorce partidos disputados.
El balón echó a rodar con un Sevilla que buscó desde el primer momento llevar la iniciativa, queriendo tener la pelota, presionando muy arriba y atacando más que su rival. Pese a esto y a las bajas, el Villarreal no cambió su forma de jugar y se centró en intentarlo a la contra. Con el paso de los minutos, los castellonenses despertaron de su letargo inicial y lograron igualar la balanza a base de imprimir más velocidad a su fútbol y visitando las inmediaciones del área de Javi Varas en varias ocasiones. Ambos equipos se mostraron frescos, con ideas y con la portería contraria entre ceja y ceja. Los hombres de Garrido supieron sufrir en los minutos iniciales, se agruparon y esperaron su oportunidad, señal evidente de que los amarillos son un equipo en continuo crecimiento.
Así, los locales no desaprovecharon su primera ocasión clara y se adelantaron minutos antes de la media hora de juego con un tanto de Cani tras una serie de rechaces en el área de Javi Varas. A partir del gol, el Villarreal se mostró incluso más descarado en sus jugadas de ataque, lo que le sirvió para ampliar su ventaja en el marcador tan sólo cinco minutos después de abrir la lata. Un disparo desde la frontal del italiano Rossi fue desviado por el defensa sevillista Alexis haciendo totalmente inútil el intento de estirada del portero visitante. Con una ventaja más que holgada en el electrónico el Villarreal se mostró muy cómodo sobre el terreno de juego ante un Sevilla sin ideas y al borde del KO. Todos esperaban ya el descanso cuando apareció Negredo para mostrar la calidad que atesora en sus botas convirtiendo en gol un pase largo de Romaric que sirvió para meter de nuevo a los suyos en el partido y en la eliminatoria.
Con Diego López en la portería del Villarreal por lesión de Juan Carlos comenzó la segunda mitad. Pese a que los dos goles recibidos por el Sevilla en el primer tiempo se debieron a los espacios existentes entre la defensa y el portero hispalense, los hombres de Manzano continuaron presionando muy arriba en la reanudación y dejando nuevamente esos huecos atrás. Rossi tuvo en sus botas la primera oportunidad clara de gol en un disparo que se acabó perdiendo por encima del larguero visitante. El equipo andaluz optó por asumir riesgos en su retaguardia y eso es pecado ante un equipo como el Villarreal. A los diez minutos del segundo acto los locales ejecutaron un contragolpe de libro que se resolvió con un preciso centro de Capdevila y un perfecto remate de cabeza de Marco Ruben que significó el tercero del Submarino Amarillo.
Tan sólo cinco minutos después del tercer tanto local quedó claro que el Sevilla funcionaba a base de coscorrones. Cada vez que los hispalenses eran espoleados con un gol del Villarreal, respondían acortando distancias en el marcador. Así, Álvaro Negredo logró la segunda diana de los suyos picando con un buen remate de cabeza un balón que le sirvió Romaric desde la posición de extremo izquierdo. El choque, que en todo momento fue de guante blanco, se convirtió en un partido áspero en su tramo final debido a una polémica decisión arbitral, acertada por otro lado, y a un par de entradas fuera de lugar por parte de jugadores de los dos equipos. Undiano Mallenco se vio obligado a mostrar hasta cinco tarjetas amarillas en los últimos veinte minutos. Con la exhibición de juego duro y brusco parecía que el partido llegaría a su fin, pero a dos minutos de la conclusión apareció Alexis para dejar el marcador final en empate a tres y mantener las espadas en todo lo alto para el partido de vuelta.
Ambos equipos se encontraron en una de las eliminatorias más igualadas de los cuartos de final de la Copa del Rey. Los locales, que buscaban dar un paso más hacia su primer título, llegaron muy mermados por las bajas. Hasta cuatro titulares indiscutibles se perdieron la cita (Nilmar, Senna, Marchena y Ángel). Ante ellos, un equipo que, pese a las lesiones de Palop y Luis Fabiano, había logrado resurgir de sus cenizas con la llegada del nuevo año completando un pleno de victorias en los tres encuentros disputados en 2011. La recuperación de Navas, el buen momento de Kanouté, el músculo en el centro del campo y la velocidad por las bandas eran las principales bazas de los hispalenses para asaltar El Madrigal, feudo en el que los de Garrido se mostraban intratables con trece victorias y un empate en catorce partidos disputados.
El balón echó a rodar con un Sevilla que buscó desde el primer momento llevar la iniciativa, queriendo tener la pelota, presionando muy arriba y atacando más que su rival. Pese a esto y a las bajas, el Villarreal no cambió su forma de jugar y se centró en intentarlo a la contra. Con el paso de los minutos, los castellonenses despertaron de su letargo inicial y lograron igualar la balanza a base de imprimir más velocidad a su fútbol y visitando las inmediaciones del área de Javi Varas en varias ocasiones. Ambos equipos se mostraron frescos, con ideas y con la portería contraria entre ceja y ceja. Los hombres de Garrido supieron sufrir en los minutos iniciales, se agruparon y esperaron su oportunidad, señal evidente de que los amarillos son un equipo en continuo crecimiento.
Así, los locales no desaprovecharon su primera ocasión clara y se adelantaron minutos antes de la media hora de juego con un tanto de Cani tras una serie de rechaces en el área de Javi Varas. A partir del gol, el Villarreal se mostró incluso más descarado en sus jugadas de ataque, lo que le sirvió para ampliar su ventaja en el marcador tan sólo cinco minutos después de abrir la lata. Un disparo desde la frontal del italiano Rossi fue desviado por el defensa sevillista Alexis haciendo totalmente inútil el intento de estirada del portero visitante. Con una ventaja más que holgada en el electrónico el Villarreal se mostró muy cómodo sobre el terreno de juego ante un Sevilla sin ideas y al borde del KO. Todos esperaban ya el descanso cuando apareció Negredo para mostrar la calidad que atesora en sus botas convirtiendo en gol un pase largo de Romaric que sirvió para meter de nuevo a los suyos en el partido y en la eliminatoria.
Con Diego López en la portería del Villarreal por lesión de Juan Carlos comenzó la segunda mitad. Pese a que los dos goles recibidos por el Sevilla en el primer tiempo se debieron a los espacios existentes entre la defensa y el portero hispalense, los hombres de Manzano continuaron presionando muy arriba en la reanudación y dejando nuevamente esos huecos atrás. Rossi tuvo en sus botas la primera oportunidad clara de gol en un disparo que se acabó perdiendo por encima del larguero visitante. El equipo andaluz optó por asumir riesgos en su retaguardia y eso es pecado ante un equipo como el Villarreal. A los diez minutos del segundo acto los locales ejecutaron un contragolpe de libro que se resolvió con un preciso centro de Capdevila y un perfecto remate de cabeza de Marco Ruben que significó el tercero del Submarino Amarillo.
Tan sólo cinco minutos después del tercer tanto local quedó claro que el Sevilla funcionaba a base de coscorrones. Cada vez que los hispalenses eran espoleados con un gol del Villarreal, respondían acortando distancias en el marcador. Así, Álvaro Negredo logró la segunda diana de los suyos picando con un buen remate de cabeza un balón que le sirvió Romaric desde la posición de extremo izquierdo. El choque, que en todo momento fue de guante blanco, se convirtió en un partido áspero en su tramo final debido a una polémica decisión arbitral, acertada por otro lado, y a un par de entradas fuera de lugar por parte de jugadores de los dos equipos. Undiano Mallenco se vio obligado a mostrar hasta cinco tarjetas amarillas en los últimos veinte minutos. Con la exhibición de juego duro y brusco parecía que el partido llegaría a su fin, pero a dos minutos de la conclusión apareció Alexis para dejar el marcador final en empate a tres y mantener las espadas en todo lo alto para el partido de vuelta.
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