Italia, segunda de su grupo por detrás de España, cumplió y dejó al margen las especulaciones en el otro choque, el que enfrentó a Croacia y España en Gdansk. Derribó la 'azzurra' las penurias del fútbol transalpino, que tocó fondo en el último Mundial, en Sudáfrica.
El combinado italiano, que se ha ganado el respeto y la admiración por su tradición e historial en los magnos eventos, ganó con solvencia aunque no respiró hasta el final, con el tanto postrero de Balotelli.
Italia demoró su entrada en el partido. Presa de la apuesta en juego tardó en entrar en contacto con la situación. Cesare Prandelli solo hizo un cambio en su once. El sacrificado fue Mario Balotelli, fijo titular en los partidos contra España y Croacia pero con actuaciones irregulares.
Prandelli prefirió la estabilidad de Antonio Di Natale para acompañar a Antonio Cassano.
Desorientado en los primeros compases e inquietado por el entusiasmo irlandés, limitado y carente de argumentos, Italia asió definitivamente las riendas en el tramo final de la primera mitad.
Cercó el área de Shay Given y en apenas unos minutos multiplicó sus oportunidades. Primero con un balón que sacó bajo palos Sean Saint Ledger a un remate de Di Natale tras superar a Given. Después con un disparo de Antonio Cassano desde fuera del área que se le fue de las manos al meta del Aston Villa.
No perdonó más el conjunto de Prandelli. Crea peligro en los balones parados Italia. Andrea Pirlo es un mago en situaciones como estas. Lanzó de esquina al primer palo y Cassano cabeceó con acierto. El balón dio en el palo pero botó dentro de la portería.
La angustia desapareció para la 'azzurra'. Cassano, con tres goles, se convirtió ya en el máximo goleador de la historia de Italia en las fases finales de la Eurocopa.
Con ventaja alcanzó el descanso Italia, que mantuvo a Cassano como la gran amenaza. Un disparo suyo detenido por Given advirtió a Irlanda, que empezó a achuchar al cuadro de Prandelli tarde, con un tiro poco convincente de Keith Andrews desde la zona de tres cuartos. El balón, muy centrado, apenas inquietó a Buffon.
Italia dejó ir el mando del partido a pesar del escaso empeño del cuadro de Giovanni Trapattoni, que buscó su honor a base de pases largos y balones bombeados, siempre bajo el control de Gianluigi Buffon y de la reforzada zaga transalpina.
Keith Andrews tuvo la más clara a diez minutos del final con una falta que lanzó desde la media luna y detuvo Buffon. Aunque lo mejor llegó al final. Con el gol de Mario Balotelli, sustituto de Antonio Di Natale, que remató de espaldas un córner lanzado por Alessandro Diamanti, para sentenciar el partido y dar lustre a la clasificación de su equipo.
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