Tal como señaló Jorge Valdano, el primero de los clásicos entre Barcelona y Real Madrid marcaría una evidente pauta sobre lo que serían los siguientes tres encuentros entre ambos equipos. Para esta tarde, lo que se espera en el campo del Mestalla es un duelo entre dos pistoleros con una estampa cuya diferencia no sólo radica en la calidad de los ejecutores, sino en la escuela misma que representan.
Es aquí donde nos encontramos con el Real Madrid de Florentino Pérez, un empresario que busca levantar copas en base a una gran inversión económica en la formación de su plantel, y un Barcelona que apela a la formación de su escuela, a sus valores como club y como provincia española que se jacta de su identidad cultural. Es por eso que este duelo trasciende las fronteras de lo netamente deportivo y se sitúa también en el plano de lo social, cultural, deportivo y hasta el valórico. ¿Triunfará el proyecto empresarial o el proyecto deportivo?. Lo cierto es que el primer duelo marcó una tendencia clara, ampliamente analizada por las voces autorizadas de Alfredo Di Stéfano y de Johan Cruyff. Ambos (me sumo), coincidieron en que el planteamiento de Mourinho fue esencialmente mezquino. No es que esté mal, o que no sea válido. De hecho, estuvo a punto de ganar el partido gracias a su idea de intentar destruir el juego rival y aprovechar sus errores para intentar concretar una oportunidad. Pero si jugando de este modo el Real Madrid obtiene una ventaja en esta serie, sería premiar un postura maquiavélica del juego, aquella que busca ganar no importa a qué precio. Algunos dirán que no hay otra forma de jugarle al Barça que no sea la de colgarse al palo. Difiero de eso: creo que el Madrid tiene una plantilla de las mejores del mundo y que es un egoísmo y una simpleza el no tratar de jugar el juego desde una lucha y no desde una resistencia. El Madrid, usando un esquema ultra defensivo, puede ganar la Copa hoy, pero si así fuera, creo que premiaría una actitud mezquina y castigaría el talento de un equipo como el Barcelona, que no por nada es considerado por muchos expertos como “el mejor equipo de la historia”.
Pienso que el Barça tiene un margen mucho más grande para maniobrar y es favorito. El Real ya dispuso entregarle la iniciativa sobre la posesión de la pelota, una de las decisiones más criticables de Mou, pues deja que los culés hagan lo que mejor saben hacer: amasar el balón hasta tener el espacio necesario para anotar. Ya se vio en el primer partido de la serie, donde el Barcelona pudo anotar por intermedio de Messi mucho antes de que el Real se plantara siquiera en el campo. Además, hay un elemento fundamental que no cambiará la esencia del planteamiento mostrado: si el Barça abre la cuenta, se muere la estrategia defensiva de Mou y lo obliga a reformular toda su situación en el juego. En cambio, si la cuenta la abren los merengues, el trámite del juego seguirá siendo el mismo, con los catalanes disponiendo de la pelota y los blancos resistiendo a la espera de un contragolpe, es decir, el Barcelona seguirá gozando de la supremacía en el juego, lo que le da la chance de igualar y revertir la situación en cualquier momento, cosa que ya ha pasado antes.
En síntesis, pienso que el equipo de Guardiola dispone de la primera opción en esta serie, independientemente de lo que vaya a ser el resultado de este juego. Aún perdiendo la Copa del Rey, el Barcelona seguirá disponiendo de la situación para inclinar la balanza a su favor en la Champions. La sencilla razón es que juega mejor, y ojalá el azar premie al que más arriesgue.
0 comentarios:
Publicar un comentario