Sin despeinarse. De esa forma pasó el Barcelona por el estadio de Riazor para golear por cero goles a cuatro con suma facilidad al Deportivo . Los hombres de Guardiola volvieron a hacer gala de su juego fastuoso y preciosista dominando de principio a fin un partido que les sirve para seguir aumentando su espléndida estadística: nueve victorias como equipo visitante en otros tantos partidos disputados esta temporada y veintiséis encuentros sin conocer la derrota. Villa abrió el marcador a los veinticinco minutos de partido tras aprovechar un perfecto pase al hueco de Messi . Un magnífico lanzamiento de falta del argentino sirvió para sentenciar ya en la segunda mitad. Iniesta y Pedro certificaron la goleada azulgrana en los minutos finales del choque. El Barcelona sigue siendo un rodillo y, de momento, no se conoce a nadie que sea capaz de pararlo.
El Barcelona aterrizó en La Coruña sonrojado por los elogios del entrenador rival y con la obligación de conseguir los tres puntos para mantener las distancias con el único equipo que puede ponerle en aprietos esta temporada, el Real Madrid. Guardiola sorprendió y optó por dar descanso a algunos de los habituales tras la paliza física de Bilbao ante el Athletic en Copa del Rey. Alves, Busquets y Xavi no formaron parte del once inicial culé y dejaron su sitio a Adriano, Keita y Mascherano. Ante ellos, un Deportivo que buscaba afianzar su recuperación ante el líder de la Liga. Para ello, Lotina construyó una línea de cuatro en la medular para intentar atascar la zona de creación azulgrana y dejar sin opciones al tridente atacante formado por Pedro, Villa y Messi.
En su línea. Así comenzó el partido el Barcelona. Los hombres de Guardiola se hicieron con el dominio del balón y el control del partido desde el pitido inicial. La movilidad de los hombres situados por delante de la pelota, que nutría de opciones al conductor del esférico, y la apertura máxima del campo por parte de los hombres de banda obligó al Deportivo a encerrarse en su área. Los jugadores del conjunto gallego no podían más que ejercer una presión asfixiante sobre su rival e intentar salir al contragolpe en las contadas ocasiones en las que el esférico llegaba a sus pies. Los locales eran conscientes de que debían permanecer con paciencia replegados en defensa y descartar lanzarse al ataque sin miramientos ante la alta probabilidad de que el Barcelona aprovechara la creación de espacios atrás.
A pesar del abrumador dominio visitante, la primera ocasión clara de peligro fue para el deportivista Adrián. El enrachado goleador local se quedó solo ante Valdés mediada la primera mitad sin acertar a enganchar un balón en una inmejorable ocasión que pudo significar el primer tanto del partido. Si en el fútbol no se puede perdonar, menos aún se puede hacer ante el Barcelona de Pep Guardiola. Tan sólo cuatro minutos después del error de Adrián, Villa inauguró el marcador aprovechando un pase al hueco de Messi para colocar su disparo entre las piernas de Aranzubía y lograr su gol número 150 en Primera y undécimo marcado al Deportivo en catorce partidos. El Barça, que pudo sentenciar antes del descanso, desgastó de forma exagerada a su rival haciéndole correr tras el balón que tuvo en sus pies durante un 75% de la primera mitad.
Tras el intermedio, los objetivos de ambos conjuntos eran más que evidentes. Mientras que el Barcelona debía buscar un segundo gol para sentenciar el partido, el Deportivo necesitaba el de la igualada. Las esperanzas locales se desvanecieron por completo a los seis minutos del segundo acto, momento en el que Messi ejecutó a la perfección un saque de falta para clavar el balón en la escuadra derecha de Aranzubía finiquitando el partido. A pesar de los cuarenta minutos que restaban para el final, resultaba un disparate pensar en cualquier posibilidad de remontada gallega ante un equipo que volvió a ser un cacique de la posesión y que no dio opción alguna a su contrario.
Ver si el Deportivo era capaz de adelantar sus líneas para acortar distancias en el marcador y adivinar si el Barcelona sería capaz de aprovechar los espacios para ampliar su ventaja fue lo único interesante que ofreció la última media hora de juego. Los minutos transcurrieron hasta el pitido final con un Barça a velocidad de crucero y que fue capaz de hacer dos goles más elevando la victoria a la categoría de goleada. Iniesta logró el tercero y Pedro el cuarto. Los de Guardiola consiguieron su novena victoria como visitante esta temporada en otros tantos partidos disputados y suman ya veintiséis encuentros consecutivos sin perder.
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