El líder de la Liga suma y sigue. El Barcelona logró mantener su pleno de victorias como visitante al derrotar al Hércules por cero goles a tres en el Rico Pérez de Alicante. Pedro abrió el marcador en los instantes finales del primer tiempo. En los últimos minutos del partido, con los locales en inferioridad por expulsión de Farinós, llegaron el segundo y el tercer gol culé, ambos obra del argentino Leo Messi. El décimo triunfo foráneo por parte del conjunto azulgrana le sirve también para igualar la mejor racha de encuentros ganados de forma consecutiva que, hasta hoy, ostentaba el Real Madrid de Di Stéfano (temporada 60-61). Los de Guardiola tuvieron ante ellos a un rival que, sin llegar a ponerle en claros apuros, planteó un choque basado en un derroche físico que sí que les hizo sentirse incómodos sobre el terreno de juego en ciertos momentos.
El Barcelona llegó dispuesto a tomarse una obligada revancha ante el único equipo que le había ganado en Liga esta temporada. El conjunto azulgrana, que se plantó en el Rico Pérez con un pleno de victorias en sus partidos a domicilio, era consciente de los buenos números del Hércules como local, la condición de partido trampa que tenía el choque ante los hombres de Esteban Vigo y los pobres números logrados en el Rico Pérez con tan sólo tres victorias en las últimas doce visitas. Así, Guardiola no dudó en salir con todo lo disponible, su once de gala a excepción de la entrada de Maxwell en lugar del lesionado Puyol. Los locales afrontaban el envite con una defensa de circunstancias debido a las bajas de sus dos centrales titulares y con las esperanzas puestas en su dupla de ataque formada por Valdez y Trezeguet.
El partido comenzó con dos equipos enchufados que salieron con la portería rival entre ceja y ceja. Pronto se apreció como el conjunto local sumó un hombre más a su centro del campo con la intención de hacerse con el dominio del balón y provocar un cortocircuito en la línea de creación del Barcelona. Antes del minuto diez de partido Messi dispuso de la primera ocasión clara de gol tras una espléndida pared con Villa que le sirvió para dejar claro a los locales que ante ellos estaba el líder de la Liga. Con el paso de los minutos el Barcelona se hizo con el dominio total del partido y fue acumulando ocasiones que le llevaron a implantar la tónica habitual y dominante en sus partidos. Mediada la primera mitad el Hércules gozó de la mejor ocasión hasta ese momento, pero el disparo de Trezeguet se perdió llorando junto al palo derecho de Valdés.
Coincidiendo con su primera oportunidad el equipo local despertó, se estiró y obligó al Barcelona a imprimir una marcha más al partido para no verse sorprendido por su rival. Con el conjunto catalán aplicándose al máximo la figura del Hércules fue haciéndose más pequeña a medida que transcurrían los minutos. Los de Guardiola comenzaron a hacer gala de su habitual fútbol de toque, que hacía pensar que el gol era cuestión de tiempo. Y así fue. Pese al esfuerzo de los jugadores locales y la buena imagen mostrada, a falta de dos minutos para el descanso el Barcelona pudo abrir la lata con un gol logrado por Pedro con un disparo casi a bocajarro ante el que Calatayud nada pudo hacer. De esta forma se llegó al descanso con un resultado justo, fruto de la superioridad de los visitantes a la hora de manejar y leer los tiempos del partido.
El segundo acto comenzó sin cambios en ninguno de los dos conjuntos y con un Barcelona que continúo como dueño y señor del partido. Los de Guardiola intentaron sentenciar el choque con disparos lejanos desde la frontal del área que no llegaron a poner en apuros al meta local. Mientras tanto, el Hércules no se resignó y continuó aprovechando sus contadas salidas al ataque para intentar devolver la igualdad al marcador. El conjunto local logró lo que pocos equipos han logrado en el campeonato, hacer que el Barcelona se mostrase incómodo sobre el césped a base de esfuerzo y trabajo durante los noventa minutos del partido. Rebasado el cuarto de hora de la segunda mitad ambos entrenadores comenzaron a mover fichas desde el banquillo con el objetivo claro del empate por parte del Hércules y con la intención de sentenciar por parte del Barcelona.
A medida que se acercaba el final el Hércules fue perdiendo fuerza ante un Barcelona que gozó de varias ocasiones de gol para subir el segundo al marcador. La falta de efectividad del conjunto visitante hizo soñar hasta los últimos instantes a los alicantinos. La expulsión de Farinós por doble amarilla a cinco minutos de la conclusión fue decisiva para el desenlace final del partido. Tan sólo dos minutos después, Messi sentenció con un buen gol desde la frontal del área y certificó la goleada en la siguiente jugada a puerta vacía tras una asistencia de Dani Alves. Los azulgranas mantienen el pleno de victorias como equipo visitante e igualan el récord de triunfos consecutivos en Liga que poseía el Real Madrid de Di Stéfano.
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