Palermo apabulló a Juventus y, por la tercera vez en tres temporadas, le ganó en su propia casa, en el estadio Olímpico de Turín. Esto sella un récord histórico, puesto que en Serie A nunca nadie había vencido consecutivamente tres visitas al mismo rival.
El resultado final fue de 3 a 1, con goles de Javier Pastore, Josip Ilicic, Cesare Bovo y descuento de Vincenzo Iaquinta. Así, los rosanegros atraparon a la Vieja Señora en la tabla y, ahora, ambos comparten con Lecce la decimoquinta plaza del torneo, los tres con 4 unidades.
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| Palermo celebrando el primer gol |
Los rosanegros dominaron el encuentro, jugaron un fútbol delicioso y merecieron plenamente el triunfo, iluminados por un muchacho que es realmente de otra categoría: Pastore. El argentino se mueve en la cancha, ve el juego y toca el balón como realmente pocos en el mundo, tanto que en Italia ya se lo compara nada menos que a Zinedine Zidane, por elegancia, clase y fantasía.
Más allá de la excelente performance del "Cisne Cordobés", por lejos el hombre del partido, la diferencia la hizo la mayor calidad de los visitantes, quienes lograron "gambetear" la presión de sus rivales sin demasiada fatiga, teniendo el equipo alto y creando muchos peligros para los bianconeri.
Juventus, en cambio, se vio cansada y sin ideas. Krasic la rompió por derecha y pudo equilibrar un poco el encuentro, pero sin nunca tener la ayuda de los marcadores de punta, siempre clavados atrás, el 4-4-2 bianconero pierde realmente todo sentido. En efecto, entre las pocas obligaciones que tiene ese tipo de esquema, está la de aplicar el juego de cadenas por las bandas, para quitar referencias y dar movimiento a la fase ofensiva.
Video : Resumen del encuentro
Regresando a la crónica, la Juve ilusionó en los primeros instantes porque bajó a la cancha con una buena actitud, atacando muy alta y buscando achicar a Palermo con agresividad e intensidad. Sin embargo, a la primera estocada (ya al segundo minuto) los sicilianos golpearon duro: Pastore la fue a buscar en su mitad del campo y la tocó arriba para Pinilla, quien avanzó unos metro y luego tiró una pared bárbara con Ilicic, para presentarse mano a mano (con la defensa local totalmente parada) contra Storari. El portero logró tapar el remate bajo del chileno, pero sobre el rebote el Cisne llegó antes que todos, mandándola a guardar con un toque seguro desde el límite del área.
La ventaja le cortó un poco las piernas a los bianconeri, mientras que la visita pudo concentrarse en controlar el esférico y bajar el ritmo, para poder dialogar con mayor precisión. Los protagonistas rosanegros interpretaron a la perfección el guión de Rossi y Palermo dominó con tranquilidad el match. Además, tuvo algunas buenas chances para cerrarlo ya en esa etapa, como cuando "el Flaco" estampó la pelota sobre el poste,
Juventus logró reaccionar únicamente sobre el final, primero con un remate desde la distancia de Del Piero tapado con un milagro por parte de Sirigu y, en el desarrollo del consecuente córner, con otra jugada del capitán juventino, quien pareció ser tocado en el área por Cassani y hubiera podido contar con un penal en favor.
En el segundo tiempo las cosas cambiaron un poquito por dos motivos: primero, porque la Vieja Señora se tiró para adelante y le quitó espacio y oxígeno a sus rivales. Segundo, porque con el pasar de los minutos los dos nuevos de Palermo, los buenísimos elementos eslovenos Bacinovic e Ilicic, bajaron su nivel y desaparecieron un poco del juego.
De todas maneras, raramente la visita arriesgó algo y, al revés, dio siempre la impresión de poder golpear de un momento para el otro. Efectivamente así fue, con el 2 a 0 al minuto 62: Pastore controló por izquierda, se tiró hacia el medio y sacudió un gran derechazo, que Storari tapó pero otra vez rechazó con rebote para el medio. Esta vez el que metió el "tap-in" fue Ilicic, al segundo gol en dos partidos de titular.
El hecho de que los rosanegros lleguen siempre antes de los rivales en los rebotes significa que se mueven bien en la cancha y que, a menudo, llegan a rematar mientras la defensa rival todavía se está moviendo hacia su misma línea de fondo. Por supuesto, ese factor es un mérito de Palermo, pero al mismo tiempo es índice de un problema de posición de su adversario, en este caso Juventus.
El encuentro se puso aún más emocionante, porque el conjunto de Delneri atacó con coraje a cabeza baja y empezó a cosechar algunas buenas ocasiones. Sin embargo, la defensa y el portero visitantes siempre estuvieron atentos y ordenados y rechazaron cada ofensiva bianconera.
Al final, cuando todo parecía acabarse así, a cinco minutos del final Bovo ejecutó un tiro libre de manera magistral y clavó la pelota en el cruce de los palos, a la izquierda de Storari; dos minutos más tarde, Iaquinta le dio cifras definitivas al marcador con un golpe de cabeza certero, asistido por un centro de Motta. Ojo a esa jugada, porque no fue absolutamente una casualidad si Juventus anotó a la primera vez que un marcador de punta rebasó al alero y recibió un pase cerca del fondo, justamente por parte de su compañero de franja... lo que se dice juego de cadenas.
Juventus, luego de la "mentirosa" victoria de Údine, llegada con muchas situaciones favorables ante el actual colista del torneo, "cantó victoria" demasiado pronto y ya pensaba que las dificultades estaban todas superadas. Esta contundente derrota podrá servir para regresar a trabajar con mayor conciencia y seriedad, siempre y cuando se empiecen a admitir los verdaderos problemas del equipo.
Palermo, por su parte, finalmente logró vencer y, según nosotros, una clave importante estuvo en la ausencia de Liverani: el volante rosanegro, en efecto, está totalmente fuera de condición y siempre regala balones y metros a sus rivales. Coincidencia quiso que, al primer partido en el que él nunca pisó el césped, los sicilianos vencieron por primera vez en el actual campeonato.
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